Por JUAN CARLOS CHAVEZ
Miami- Cientos de exiliados cubanos y miamenses de otras nacionalidades rindieron en la noche del martes un sentido homenaje a Oswaldo Payá Sardiñas, uno de los principales líderes de la disidencia cubana, en una concurrida liturgia en la Ermita de la Caridad del Cobre, en Miami.
Payá, de 60 años y fundador del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), murió el domingo cerca de la ciudad suroriental de Bayamo. Su deceso ocurrió cuando el auto en que viajaba se salió de la carretera y chocó contra un árbol en circunstancias aún no esclarecidas.
En el accidente falleció también el opositor Harold Cepero, de 31 años. Payá viajaba junto con Cepero en la parte posterior del auto accidentado, un Hyundai Accent, de cuatro puertas, conducido por el español Angel Carromero. En el asiento delantero iba el sueco Jens Aron Modig. Carromero y Modig sólo sufrieron lesiones leves.
La misa fue oficiada por el padre José Luis Menéndez, de la Iglesia Corpus Christi, en Allapattah.
En su homilía, Menéndez se refirió a Payá como el hombre que abrió las puertas a un nuevo entendimiento entre los cubanos y se entregó a una lucha pacífica por la verdad y el respeto mutuo, los valores y la justicia social.
“Era un hombre directo, firme y sincero. Podían ustedes estar en desacuerdo pero nunca dejar de admirarlo. Fue un católico en los momentos difíciles. Los derechos humanos los veía no como algo opcional que se puede dar a pequeñas dosis y por buena voluntad de los gobernantes”, afirmó Menéndez. “El entendía que había que luchar por la justicia aunque fuéramos mal entendidos o no aceptados. Oswaldo luchó por la justicia, la verdad y la paz. Sintió que buscar el reino de Dios lo comprometía con una lucha difícil. Pero era un hombre de parroquia, un hombre de oración y comunión”.
Los asistentes ovacionaron con aplausos las emocionadas palabras de Menéndez, quien recordó también el sufrimiento que vivió Payá cuando las autoridades cubanas arrestaron a varios de sus colaboradores del MCL durante la ola represiva conocida como la Primavera Negra del 2003.
Entre los fieles que lamentaban el deceso de Payá se encontraban Yoel Rodríguez, del grupo Exilio Unido Ya!
“Payá fue un líder indiscutible de la oposición. Fue una persona honesta y sincera que logró sacar muchas firmas y alentó a los cubanos a perder el miedo y salir a las calles”, subrayó.
En Miami, representantes de la diáspora y figuras públicas se unieron a la jornada de luto y homenaje.
Joe A. Martínez, presidente de la Comisión del Condado Miami-Dade, dijo sentirse profundamente entristecido por la súbita muerte de Payá.
“Sus partidarios en Cuba y en el sur de Florida estamos de luto por la pérdida de un hombre de fe y de principios, un defensor vigoroso y heroico para aquellos que han sufrido la crueldad y violaciones de los derechos humanos en Cuba”, declaró Martínez a El Nuevo Herald. “Mis pensamientos y oraciones acompañan a su familia”.
Omar López Montenegro, director de la rama de derechos humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, radicada en Miami, lamentó el deceso de Payá al tiempo que reafirmó su apoyo y solidaridad con los cubanos que luchan por un cambio democrático en la isla.
“Toda la responsabilidad sobre la muerte, intencional o no, de Oswaldo Payá Sardiñas, recae en el régimen castrista, debido a que es consecuencia directa de su política de intolerancia y represión contra los opositores”, indicó López.
A escala internacional las muestras por el deceso de Payá continuaron resaltando su compromiso con la paz y el respeto de los derechos integrales de la población cubana.
El ex presidente polaco Lech Walesa, uno de los más importantes artífices del desplome del comunismo en Europa Oriental, se mostró profundamente conmovido con la noticia de la muerte de Payá, en una carta de condolencia.
“Fue una de las voces más importantes de Cuba, incesable y consecuentemente hablaba de la necesidad de iniciar las reformas políticas y económicas, y de reconocer los derechos humanos generales de cada persona”, precisó Walesa. “Oswaldo confiaba en que estos cambios puedan surgir por vía pacífica y reclamaba que en este proceso participe toda la nación cubana”.
La misa en la Ermita, santuario del exilio cubano, hizo aflorar emotivos recuerdos sobre la última visita de Payá a Miami, realizada a comienzos del 2003. En esa oportunidad, Payá no sólo se reunió con representantes de la disidencia sino también asistió a una masiva liturgia oficiada en la Ermita por el monseñor Agustín Román, recientemente fallecido. Durante esa liturgia Román destacó los esfuerzos de Payá y su compromiso por la unidad de los cubanos. Payá agradeció el gesto solidario de Román y, ante más de 500 feligreses que se habían reunido, pidió la unidad de la sociedad civil para trabajar por la libertad y el futuro democrático de Cuba.
En una carta publicada en las páginas de El Nuevo Herald el 14 de enero del 2003, Payá calificó su paso por Miami como el inicio de un “reencuentro espiritual” de largo alcance.
En el 2002, el MCL presentó a la Asamblea Nacional del Poder Popular el Proyecto Valera, avalado por 25,000 firmas. La iniciativa le valió a Payá el Premio Sajarov que concede el Parlamento Europeo.
“Al terminar mi visita a Miami quiero dejar testimonio de mi gratitud a todos los que colaboraron para que me pudiera encontrar y comunicar con mis hermanos de la diáspora”, escribió Payá. “Me llevo a Cuba el abrazo de mis hermanos del exilio y les dejo mi respeto a todos por igual, a los que han dado su apoyo al Proyecto Varela [...] y a los que han expresado su oposición al mismo”.
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