Por Julio Antonio Rojas Portal
Bibliotecario y Periodista Independiente
Ciudad de la Habana, Cuba.El opositor Agustín Figueroa Galindo y su esposa Miladis Pelier Marzo junto a sus hijos (un barón y una hembra, ambos menores de edad), el 17 del presente mes se encontraban de novedad en su hogar por el fallecimiento del hermano de Galindo en el vecino país de los EE.UU.
Debido a que había concluido el 6to Congreso del PCC, algunos miembros de esta organización se encontraban celebrando la clausura del mismo, en un consultorio médico perteneciente al Barrio la Fortuna del Municipio Bolleros. Dicho consultorio se encuentra a una distancia de cien metros del domicilio de Agustín. Alrededor de las 8:00 pm deciden trasladar la fiesta para el frente de la casa del opositor sin tener en cuenta el dolor y el sufrimiento por el que él y su familia estaban pasando.
Este activista decide ir y hablar con los partidistas comunistas de que tuvieran en cuenta por el momento que él y su familia estaban pasando y la respuesta fue: “que ellos estaban autorizados para celebrar la clausura del congreso por la delegada y el gobierno”. En respuesta a esta provocación Figueroa Galindo cogió una lata de pintura que tenía en su casa y comenzó a escribir consignas antigubernamentales en las paredes de la bodega que está a un costado de su hogar. Además de poner su nombre y a la organización que pertenece, escribió consignas de la misma índole en las paredes de su casa entre las 4:30 am y las 5:00 am.
A las 7:00 am comienzan a llegar al frente de su domicilio las brigadas de respuestas rápidas compuestas por militantes comunistas y miembros del MININT en un total de 20 personas. Acto seguido, empezaron a gritar consignas a favor del sistema entre las cuales se podían escuchar contrarrevolucionarios, gusanos asalariados del imperio, además de que la revolución tenía autoridad de quitarles los hijos por ser opositores.
Mientras esta barbarie ocurría en su hogar en contra donde se encontraban su esposa y dos hijos, Agustín se había dirigido a Villa Marista, Cuartel General de Seguridad del Estado, ya en el lugar habla con el guardia que se encontraba de posta en la puerta para que se dirigiera a un oficial y dieran la orden de que pararan el acto de repudio. La respuesta fue, que si él estaba loco y que se marchara del lugar.
La actitud de Agustín fue la de empezar a gritar consignas en contra del sistema y en esos momentos salen un grupo de oficiales diciéndoles a varios guardias que le callaran la boca. No lo golpearan y lo sacaron del lugar detenido para la estación policial conocida como la construcción en el barrio Alta Habana, donde permaneció detenido bajo investigación e interrogatorio por un espacio de 8 horas. Fue puesto en libertad entre las 7:30 pm y las 8:00 pm, no sin antes advertirle de que si seguía en la oposición le iban a realizar un registro en su hogar procediendo a decomisarle todo lo que tiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario