Miami. (El Nuevo Herald)- Opositores a  ambas orillas del Estrecho de la Florida condenaron enérgicamente el  desalojo de 13 opositores pacíficos del Partido Republicano por Cuba  (PRC) que ocuparon durante dos días la Basílica Menor de la Iglesia de  Nuestra Señora de la Caridad, en Centro Habana.
El grupo penetró el martes en la  parroquia, situada en el cruce de las calles Salud y Manrique para  demandar la excarcelación de presos políticos, acceso a Internet,  libertad de expresión y la discusión de una hoja de ruta para la  creación de un Estado de derecho.
Guillermo Fariñas, Premio Sajarov del  Parlamento Europeo 2010, dijo que las autoridades eclesiásticas y el  cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana, deben pedir  explicaciones a la “nomenclatura”, explicó.
“Ortega podía haber solicitado una  intervención si hubiese sentido algún tipo de vandalismo o violencia”,  dijo Fariñas. “Ahora pienso que deben hacer una nota pública de protesta  contra el gobierno cubano porque los desalojados fueron amenazados y  ultrajados”.
El viernes un comunicado de la  Arquidiócesis de La Habana publicado en el periódico oficial Granma  señaló que los opositores se negaron reiteradamente a desalojar el lugar  pese a los esfuerzos “unilaterales” de la Iglesia y fieles católicos,  entre otros, para que desistieran de la ocupación.
En La Habana la Red Cubana de  Comunicadores Comunitarios (RCCC), que dirige la economista  independiente Martha Beatriz Roque, declaró que la Iglesia Católica  cubana debería denunciar los atropellos contra la disidencia con el  mismo “rigor” con el que rechazó la ocupación de los miembros del PRC a  comienzos de esta semana.
En ese contexto Roque precisó que los  acosos y detenciones temporales continúan en la isla. Mencionó que, en  horas de la tarde del sábado, una veintena de mujeres del colectivo  Damas de Blanco habían sido arrestadas temporalmente en la capital.
“¿Dónde están las notas de prensa de la  Iglesia para condenar estos hechos, con el mismo rigor que han juzgado a  los que entraron en este templo?”, preguntó la RCCC en una declaración  titulada La armonía que todos anhelamos.
“La Iglesia debería confiar también que  los hechos anteriormente narrados contra los disidentes y dentro de  ellos los fieles que asisten a la Eucaristía, no se sigan produciendo.  La conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras, que  es lo que define la armonía, no se logrará mientras siga el régimen  totalitario dominado el país”, añadió el comunicado.
En Miami, Omar López Montenegro,  portavoz de la Fundación para los Derechos Humanos, adscrita a la  Fundación Nacional Cubanoamericana, dijo que no tiene mucho sentido que  la jerarquía eclesiástica demande explicaciones a las autoridades  cubanas. Recordó que fue el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de  La Habana, quien se acercó al gobierno para que termine con la  ocupación.
“Lo que nunca debieron hacer fue pedir  que el gobierno interviniera. Por eso ahora no tiene sentido que le  pidan explicaciones”, dijo López. “La Iglesia tenía que responder por la  seguridad porque no había ninguna garantía a favor de los opositores”
El desalojo se realizó el jueves a las 9  p.m. Duró apenas 10 minutos. Los opositores fueron trasladados a la  4ta. estación de la Policía Nacional Revolucionaria. Se les abrió un  expediente policial. Horas después fueron liberados, sin embargo, son  vigilados permanentemente por la Seguridad del Estado cubano, según  fuentes de la disidencia interna.
Orlando Gutiérrez Boronat, miembro de la  Asamblea de la Resistencia Cubana y secretario nacional del Directorio  Democrático Cubano, radicado en Miami, precisó que los opositores  realizaron un acto legítimo.
“Le corresponde a la Iglesia pedir  explicaciones al régimen”, subrayó Gutiérrez. “Fue un acto de  resistencia pacífica de los opositores del PRC en una sociedad donde no  hay espacio de diálogo”.
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