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miércoles, 16 de enero de 2013

Viajar o emigrar, ¿Dónde está el dinero? Con la Jota de jodidos es la cuestión.




Por Mario Hechavarria Driggs

 
 Ciudad de la Habana, Cuba. (PI)- Escuchando lo que se comenta en las habituales colas de cualquier día en La Habana, el tema migratorio aparece reiterado en las conversaciones de ocasión, sobre todo en los jóvenes. Lo llamativo es que muchas personas están insatisfechas, les parece que la nueva ley no arreglará para nada su dilema personal en cuanto a viajar fuera de Cuba.

Una pareja mientras esperan para pagar su cuenta telefónica:
-Yo no le veo lo bueno porque en definitiva tienen que darte la visa y va a ser lo mismo de antes, a los cubanos no quieren darnos visa, a no ser por invitación personal, matrimonio, familiares…:- Somos emigrantes seguros, por ejemplo, España, Italia, Francia,…para nada te aceptan si no cumples con las reglas que ellos ponen.

Un señor mete la cuchareta:
-Pero si pagas pasaje de ida y regreso, como turista, están casi obligados a darte la visa y puedes viajar.

Ella responde airada:
-Tío, ¡ni que se diga! tengo que pagar avión doble para ver la torre Eiffel y luego volverme a casa.

El “Tío”, digo, el señor:
-Eso es lo que te han dado sobrina, el derecho de viajar, no de quedarte en el otro país. Nada, que ya puedes ser turista.

La discusión prosigue, siempre con la insatisfacción de que la gente desea salir, pero la idea de turismo no está en las mentes, el tema es irse a trabajar, a ganar moneda dura y volver tal vez dentro de un tiempo, transformado por el dinero.

Tal vez los orígenes de este pensamiento vengan por aquello de la salida definitiva, tan arraigada entre los cubanos, dada la legislación hasta hoy vigente. En la TV un Coronel del servicio de inmigración y extranjería aclara el asunto reiterando que:- ¨Se puede permanecer hasta 24 meses en el exterior a partir de cada salida, no hay salida definitiva porque usted podrá regresar a Cuba, inclusive si viajó a los Estados Unidos. Reitera el oficial que:-la decisión migratoria definitiva queda en manos de los ciudadanos¨.

Es bueno saber que me restituyen derechos y eliminan actos legales discriminatorios, vinculados al sentido de ser Ciudadano cubano. Me parece bien, pero el cubano medio quiere y no quiere, está a mitad de camino entre la antigua concepción socialista del Estado Papá y Mamá y la idea de un poder desentendido cada vez más de las acciones individuales.

Otra Cola, esta vez para entrar a una sala de enviar y recibir mensajes vía Correo Electrónico, amplía el espectro de opiniones:
-De que me vale el pasaporte libre si en definitiva no tengo dinero, es decir, pesos convertibles, los “fulas” para pagarlo y sobre todo pagar el pasaje. Yo gano un salario en pesos cubanos.
Otro de la cola agrega:- Soy maestro, con 450 pesos más o menos, sin tomarme ni siquiera un refresco, necesitaré como seis meses solamente para reunir lo del pasaporte. Lo del viaje me llevaría tres años.
Otro candidato gratuito a Tío de ocasión apoya:
-Ya lo dijiste,  y eso suponiendo que en tu casa te cubran las necesidades diarias, con los precios de la comida subiendo cada día. Pero bueno, hay quien recibe dinero del exterior, otros tienen negocios aquí, rentan casas a turistas, trabajan en una Paladar…
-Si Tío, pero esos son unos pocos, la mayoría estamos pegados a nuestros salarios.
-Ya no es tan así sobrino, recuerda que hay muchos cuentapropistas y como un millón de cubanos viviendo en el “Norte”.

Los cambios vienen, pero la mentalidad se resiste a cambiar. Si el avance hacia la economía de mercado continua, acompañada de una menor intromisión estatal en los asuntos privados, recibirá el apoyo de la mayoría, pero a esas mismas personas les parecerá obligado que el gobierno las siga subvencionando con el tema de los salarios.

¿Que pasará cuando alcancemos una sola moneda? Será, evidentemente la nacional, pero con el valor propio de la convertible, pues no hay que hacerse ilusiones, la economía no se hace por decretos presidenciales. Finalmente el papel dinero no es más que eso, papel impreso; la producción y la productividad del trabajo son cosas muy diferentes, representan mercancías, servicios, asuntos tangibles, creados por los seres humanos.

El señor mayor, Tío al fin, aclara:- La moneda, sobrinos míos, será cualquiera porque en definitiva, se trata de un equivalente. Si compras un teclado para computadora en 20 CUC, es igual a comprarlo en 500 pesos nacionales. Mañana mismo pueden hacer el decreto y todo seguirá igual.

Uno de los muchachos, ya un tanto decepcionado del curso de esta conversación, dice:
-En definitiva viajarán los que logren el permiso del gobierno y tengan el suficiente dinero, los demás ya ustedes saben la palabra.

Seguiremos jodidos!

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