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miércoles, 13 de abril de 2011

Opositores al régimen castrista llevan más de diez días en huelga de hambre

Por Jesús Emilio Hernández Figueroa,
 
 
 
Guanabacoa, Ciudad de La Habana, Cuba. (ALAS) -Los opositores pacíficos Vladimir Alejo Miranda y Ángel Enrique Fernández Rivero prosiguen con una huelga de hambre que lleva hoy más de diez días de iniciada.
  
Según declaraciones a la prensa emitidas en la tarde de ayer, los huelguistas manifestaron sus reclamaciones, que incluye la liberación o indulto inmediato, por motivos humanitarios, del señor Alan Gross, estadounidense de 61 años de edad  recientemente condenado a quince años de privación de libertad en cárceles cubanas por distribuir equipos de comunicaciones, con fines pacíficos y no políticos, a los judíos de la Isla. Sin embargo, el régimen castrista lo acusa de espionaje.
  
Fernández Rivero añadió que también demandan “el cese del hostigamiento y la represión contra las organizaciones miembros del Concilio Cubano, y el fin de los encarcelamientos en las mazmorras castristas de todos aquellos que, por cualquier medio de expresión, manifiesten su desacuerdo contra el Gobierno totalitario de los hermanos Castro”.
  
Vladimir Alejo Miranda, presidente del Movimiento Popular por los Derechos Humanos Miguel Valdés Tamayo, y Ángel Enrique Fernández Rivero, presidente del movimiento Jóvenes Anti-Castro, iniciaron una huelga de hambre, con la boca cosida, el pasado día 31 de marzo, y según alegaron, su objetivo es solidarizarse “con todas las razones justas y democráticas que nos conciernen a todos los cubanos como nación”.
  
La manifestación pacífica es llevada a cabo en el domicilio de Alejo Miranda, situado en la calle Estrada Palma # 259 e/: Santa María y San Sebastián, en el municipio capitalino de Guanabacoa.
  
Informaciones ofrecidas por los testigos aseveraron que los opositores Juana María Oquendo Gómez, Rayme Peña Hechavarría y Jesús Verdecia Castillo se unieron también a la huelga. Sin embargo, Peña Hechavarría y Verdecia Castillo la dejaron al tercer día.
 
 
La señora Oquendo Gómez continuó con la huelga en su domicilio, en el Vedado, y al sexto día la suspendió por problemas de salud.
 
 

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