Torrelavega, Cantabria. -El Centro de Extranjeros de Torrelavega, perteneciente a  Cruz Roja, expulsó ayer de forma cautelar al disidente cubano Erick  Caballero Martínez, al que acusa de haber agredido físicamente a uno de  sus trabajadores el pasado lunes. Tomó la decisión tras ser autorizado  por la Dirección General de Integración de los Inmigrantes, que  considera que Erick Caballero supone una amenaza para la seguridad e  integridad de los trabajadores del centro, así como para el resto de  residentes.
La presidenta de Cruz Roja en Cantabria, Carmen Moreno,  afirma que se trata de una persona con una actitud «bastante violenta»,  que ha protagonizado «varias agresiones» y se niega a «cumplir las  normas». Asegura que hay varios testigos del «puñetazo» por el que ha  sido expulsado y que se envió un informe al Ministerio de Trabajo e  Inmigración.
El disidente cubano dice que simplemente tuvo un  «inconveniente» con el empleado por las «provocaciones» a las que ha  sido sometido y porque le colgó el teléfono. Además, afirma que está en  huelga de hambre desde que comenzó la semana al «no cumplirse» las  ayudas que le prometieron al estar inmerso en el 'Proceso de Acogida e  Integración Social a Personas Solicitantes de Protección Internacional',  programa puesto en marcha por el Ministerio.
Preso político  
Erick Caballero, de 27 años y miembro del partido  Derechos Humanos en Cuba, fue preso político en su país durante nueve  años. Llegó a España junto a seis miembros más de su familia el pasado  ocho de abril. Tras pasar por un centro de acogida en Pamplona, residía  en el Centro de Extranjeros de Torrelavega desde hacía varias semanas,  dependencias que compartía con otras compatriotas (24 adultos y 6  niños).
El joven expulsado se queja especialmente de la  alimentación y la asistencia sanitaria, y pone varios ejemplos: «Mi hijo  lleva cuatro días pasando hambre porque la comida es caótica. Yo tuve  una subida de tensión y fui atendido en un centro sanitario porque salí a  la calle a parar un coche de la Policía».
«Yo no pedí venir -añade-, me trajo el Gobierno español.  Desde que llegamos, todo ha sido una mentira y un engaño. La única ayuda  que recibimos son 49 euros al mes, el resto no se han cumplido». Tras  ser expulsado, dice que no han sido tenidas en cuenta sus alegaciones y  que seguirá en huelga de hambre porque «no tengo nada, ni siquiera  papeles».
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