Miami, (EE.UU.). (EFE)- Reina Luisa Tamayo, madre del  fallecido disidente cubano Orlando Zapata Tamayo, que reside como  refugiada política en Miami (Florida), acudirá próximamente al Congreso  de EE.UU. para denunciar que sigue la violación de los derechos humanos  en Cuba.
Va a ser un tremendo privilegio que ella (Tamayo) venga a  Washington en dos o tres semanas para explicar a mis colegas la  crueldad del régimen castrista que sigue hoy en día, dijo hoy a Efe la  congresista cubano-estadounidense Ileana Ros-Lehtinen.
Ros-Lehtinen,  presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la cámara baja, se  reunió este lunes a puerta cerrada en su oficina de Miami con Tamayo y  los también congresistas cubano-estadounidenses Mario Díaz Balart y  David Ribera.
Lo importante es que les diga (Tamayo) a los  congresistas en Washington lo que me ha dicho a mí: que los abusos de  los derechos humanos siguen en Cuba y hasta son peores que nunca",  resaltó la congresista republicana.
En ese contexto lamentó que  muchos legisladores estadounidenses "tengan la idea incorrecta, por la  prensa", de que se han producido cambios en Cuba.
A juicio de la  legisladora, Tamayo les puede dejar claro que "nada ha cambiado, que no  hay reformas (...) y que la dictadura castrista lo único que quiere es  terminar con la disidencia" en la isla.
La mujer y otros doce  familiares del fallecido disidente Orlando Zapata llegaron a Miami el  pasado 9 de junio con sus cenizas en un cofre arropado con la bandera de  Cuba y aseguraron que continuarán desde el exilio su lucha contra el  régimen castrista.
En la reunión Ros-Lehtinen ofreció a Tamayo,  quien ha sufrido en Cuba actos de represión y hostigamiento, su "firme  apoyo" en la denuncia de la "crueldad de los hermanos Castro, que no  tiene fin en sus castigos a la disidencia".
Tamayo es una "voz clara en favor de la libertad y la democracia" en la isla, subrayó la congresista.
El  albañil Zapata Tamayo, uno de los 75 disidentes condenados en la  primavera de 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel, murió el 23 de  febrero de 2010 en un hospital de La Habana como consecuencia de una  huelga de hambre que realizó durante 85 días.
Numerosas voces,  incluidas las de la disidencia interna y organizaciones opositoras en el  exterior, culparon al régimen castrista de la muerte de Zapata, porque,  según dijeron, fue abandonado en su situación y sometido a torturas.

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